Reunión del grupo de expertos alemanes que analizan la seguridad aérea tras el accidente de Germanwings

Imagen de la caja que grabó el audio de la cabina del avión siniestrado

Imagen de la caja que grabó el audio de la cabina del avión siniestrado

El grupo de expertos puesto en marcha por el Gobierno alemán para revisar estándares de seguridad y procedimientos de las aerolíneas a raíz de la tragedia aérea del 24 de marzo en los Alpes franceses inició sus deliberaciones.

La Federación Alemana de la Industria de la Aviación (BDL) informó en un comunicado del inicio de las tareas del grupo, que tiene previsto analizar los sistemas de cierre de las cabinas de avión y revisar los exámenes médicos y psicológicos que se realizan a los pilotos. La fuente agregó que cualquier propuesta de cambio no se implementará en solitario a nivel nacional, sino que Alemania la llevará a debate a foros internacionales.

En este grupo de expertos, están representadas las aerolíneas que operan en Alemania, así como los fabricantes de aviones, el Ministerio de Transporte, la BDL y colectivos de pilotos y de auxiliares de vuelo. El ministro de Transporte alemán, Alexander Dobrindt, anunció la semana pasada la puesta en marcha de este grupo de expertos tras la catástrofe aérea del pasado 24 de marzo, en la que el copiloto de un Airbus 320 de la compañía Germanwings, filial de bajo coste de Lufthansa, presuntamente estrelló el avión cuando cubría la ruta entre Barcelona y Düsseldorf. Un total de 150 personas murieron en ese siniestro.

«Nuestro objetivo es optimizar la seguridad aérea y revisar los estándares actuales a la luz de la terrible tragedia de Germanwings», explicó Dobrindt. Las investigaciones de las fiscalías francesa y alemana apuntaron a que el copiloto, Andreas Lubitz, bloqueó la puerta por dentro tras ausentarse el capitán del Airbus, y luego impidió que éste pudiera entrar de nuevo.

Además, la investigación reveló que Lubitz interrumpió en 2009 su formación como piloto por un «episodio de depresión» grave y que, antes de obtener su licencia, recibió tratamiento psicoterapéutico por «tendencias suicidas». El copiloto tenía una baja médica en vigor para el día de la tragedia, pero se la ocultó a su empresa